El guanaco en Santa Cruz hoy llama nuevamente la atención de la sociedad y ha pasado a ser un tema sensible; como ocurre en estos casos se escuchan un sinnúmero de opiniones de diferentes orígenes, algunas fundadas y muchas otras sin asidero o apoyadas en comentarios, pareceres o rumores.
Santa Cruz ha sido una provincia de puertas abiertas en el tema del guanaco, invitando a participar a funcionarios de otras provincias, países y regiones, referentes del ámbito público y privado, académico, científico, productivo y social. Algunos nos han visitado y han hecho valiosos aportes e incluso críticas constructivas; otros optaron por no conocer la provincia y opinar desde escritorios lejanos.
Incluso se han financiado con fondos locales trabajos de investigadores que realizaron estudios y ensayos a campo, y que arrojaron resultados diversos. Pese a esto, hay algunos que tienen una actitud hostil, críticas permanentes, y muy escasos aportes.
Pese a ser el área geográfica que concentra el mayor número de guanacos del continente, el 90% de las acciones, proyectos y ensayos con financiación estatal nacional se hicieron y se hacen en otras zonas del país. Recién entre 2016 y 2018 se pudo lograr la participación institucional de los organismos nacionales para llevar adelante un Plan. La provincia de Santa Cruz es de las pocas que tiene un Plan Provincial de Manejo; desde enero de 2015 está en vigencia su Plan Provincial de Manejo del Guanaco, (Decreto PEP 0032/15) elaborado en conjunto por los principales actores e interesados en la temática, incluyendo referentes, científicos, organizaciones, y entidades regionales, nacionales e internacionales. El Plan contempla el aprovechamiento sustentable y el manejo integral de la especie.
Se puede leer en su contenido que tiene como objetivo el “Manejar las poblaciones silvestres de la especie guanaco (Lama guanicoe) en la provincia de Santa Cruz mediante la conservación, preservación y control para que cumplan su rol ecológico, y sean valoradas por su inserción y aprovechamiento en los ámbitos económico, social y cultural, compatibilizando su presencia con la producción ganadera sustentable y otras actividades económicas”. Cita como objetivos específicos:
-Asegurar la continuidad de las poblaciones de la especie en todo su rango de distribución provincial y compatibilizar su presencia con la producción ganadera sustentable.
-Garantizar el uso y conservación de pastizales naturales mediante el manejo de las poblaciones de herbívoros para adecuarlas a la capacidad de carga de los ecosistemas.
-Convertir al guanaco en un recurso dentro de la economía regional mediante desarrollos que faciliten su aprovechamiento y puesta en valor.
Pese a esto, todo parece resumirse en medios y redes sociales a una suerte de contrapunto entre las existencias ovinas y la de guanacos; nuevamente gana el desconocimiento o, a veces, la mala intención. Según el Censo Nacional agropecuario 2018 (INDEC) Santa Cruz tiene 1.942.594 ovinos, el número más bajo de toda su historia. Por otro lado, los relevamientos oficiales de guanacos muestran que su población en la provincia se multiplicó por seis, pasando de 230.000 en el año 2000, a 1.360.000 guanacos en 2015. (estos equivalen a 2.176.000 ovejas).
Mitos y realidades
Hay más guanacos y menos ovejas; lo confirma también el sentido común: se ven más guanacos, hay más accidentes con guanacos; es imposible circular por las rutas de Santa Cruz y no ver guanacos, sólo basta prestar atención y hacer la prueba. Por otro lado, se registra en datos oficiales menos ovejas, se producen menos corderos, se esquilan menos kilos de lana y hay menos gente trabajando en el territorio.
Santa Cruz ha sido una provincia de puertas abiertas en el tema del guanaco, invitando a participar a funcionarios de otras provincias, países y regiones, referentes del ámbito público y privado, académico, científico, productivo y social. Algunos nos han visitado y han hecho valiosos aportes e incluso críticas constructivas; otros optaron por no conocer la provincia y opinar desde escritorios lejanos.
Incluso se han financiado con fondos locales trabajos de investigadores que realizaron estudios y ensayos a campo, y que arrojaron resultados diversos. Pese a esto, hay algunos que tienen una actitud hostil, críticas permanentes, y muy escasos aportes.
Pese a ser el área geográfica que concentra el mayor número de guanacos del continente, el 90% de las acciones, proyectos y ensayos con financiación estatal nacional se hicieron y se hacen en otras zonas del país. Recién entre 2016 y 2018 se pudo lograr la participación institucional de los organismos nacionales para llevar adelante un Plan piloto de manejo integral a campo, que culminó con el actual Plan Nacional de Manejo Sustentable del Guanaco.
Se suelen escuchar consideraciones desde la fauna, pero muy poco se dice de los pastizales naturales: La capacidad de los pastizales de toda la provincia está ampliamente superada por la carga animal actual cuando se suman ovinos, bovinos y guanacos. La sobrepoblación de guanacos en la provincia está poniendo en serio riesgo el suelo y los pastizales y con ello la cobertura vegetal de una zona muy árida.
Menos pasto es más suelo desnudo, más desertificación, menos retención de agua, menos secuestro de carbono, más emisión de gas metano por mayor población de guanacos, menor índice de salud ambiental y biodiversidad. Aunque los productores hace décadas están regulando con menos ovinos sus campos para cuidar el suelo o aplicando practicas regenerativas para la mejora de sus producciones, nada pueden hacer frente a esta situación.
Una mirada integral a la situación del guanaco en Santa Cruz
El Plan Provincial de Manejo establece que una parte de cada establecimiento rural debe contemplar al guanaco. Se rescata que el sector agropecuario ha reiterado públicamente que está a favor de la conservación de la especie. Consideran apropiado que deben coexistir los guanacos en los establecimientos ganaderos y alcanzar un equilibrio que permita la conservación de la especie, la explotación ganadera y la sustentabilidad socio-económica, con el pertinente monitoreo y cuidado de los pastizales, recurso del que dependen seres humanos y animales. En ese equilibrio tiene que haber lugar para todos.
Uno de los principales problemas resulta de las décadas sin manejo real de la población, lo cual ha provocado una presión excesiva sobre los pastizales naturales, siendo mucho mayor la carga de guanacos que la de los animales domésticos. La necesidad de pastos para que ambas especies puedan alimentarse simultáneamente supera en un 70% a lo que los pastizales naturales ofrecen; los tres años últimos de sequias históricas sucesivas empeoran la situación y comprometen aún más el futuro ambiental.
Si el crecimiento exponencial de la especie ha originado en Santa Cruz un fenómeno que afecta la producción, la biodiversidad, los suelos, los pastizales naturales y la seguridad vial entre otros aspectos; su manejo, control, y aprovechamiento sustentable debería ser la solución para regular sus impactos ambientales, sociales y económicos.
No seremos los primeros que lo hacen con una especie silvestre autóctona; tenemos sobrados ejemplos en aquellos países con nuestras mismas producciones que ya lo hacen: Chile lo ha implementó con el guanaco, Australia lo hace con los canguros, Sudáfrica con los elefantes, Estados Unidos con el Bisonte.
Aún hay mucho por hacer: Proyectos encadenados de aprovechamiento y uso sustentable que pueden incluir: encierres, esquilas, y faenas; faena, despostado, envasado en cortes, aprovechamiento para harinas de alta proteína y carne saludable. La distribución a restaurantes, hoteles y circuito de supermercados y carnicerías, así como la exportación de cortes de carnes y subproductos para la industria, además de carnes para artesanos, embutidos, chacinados, disecados artesanales y conservas.
También la provisión de cueros para marroquinería, y la valiosa fibra para hilados artesanales, procesado industrial de fibra y exportación de tejidos, telas o hilados, todas iniciativas promovidas primero dentro de la provincia, luego la región, la Nación y los circuitos internacionales
De esta forma se debe manejar una especie silvestre abundante y con potencial productivo que hoy está sin control. Al mismo tiempo cuidar el suelo y sus pastizales, aumentar la captura de carbono y disminuir su emisión, generar más empleo y valor en el territorio y la industria, mejorar los ingresos de los productores y la provincia, reducir los accidentes en las rutas, y abastecer de proteína de alta calidad a segmentos sociales más necesitados. Todo esto sin poner en riesgo la conservación de esta especie autóctona y emblemática de la provincia.
La Dirección General de Fauna de Santa Cruz está realizando un nuevo relevamiento de la especie, que estará disponible en el transcurso de 2023. Mientras tanto, las tasas de crecimiento de la especie se estiman superiores al 10% anual y las iniciativas de aprovechamiento no superan el 0,15% para este año y serían del 3% para el 2029 si prosperan los proyectos en estudio.
Para todo ello, en Santa Cruz se necesita – además de recursos- que todos los sectores se involucren activamente y colaboren con una mirada integral y de largo plazo, incluyendo a las autoridades nacionales, dejando de lado preconceptos y cambiando mitos por realidades.